Sólo con una botella y unos cuántos materiales muy fáciles de adquirir, podremos dar vida a esas bodegas oscuras que no nos gusta visitar (Conserva tu ambiente no se responsabiliza por la falta de luz en las noches).
1. Junta botellas plásticas de refresco.
Hay que quitarles la etiqueta y lavarlas muy bien, tanto adentro como afuera. No deseches las tapas.
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2. Consigue un poco de agua destilada y blanqueador.
Con el agua destilada daremos vida a nuestra bombilla solar, y con el cloro evitaremos que se formen algas dentro de la botella.
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3. Corta la pieza de metal donde irá la botella.
Corta en la pieza de metal una circunferencia en la que entre tu bombilla. Tiene que estar un poco ajustada, y permitir que 2/3 de la botella cuelgue dentro de la pieza de metal.
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4. Llena la botella casi por completo.
Agrega agua destilada dentro de la botella de refresco, pero no la llenes por completo ya que necesitarás agregarle cloro. Aproximadamente 3 cucharadas de cloro deben ir dentro de la botella. Deja que se mezcle sin agitarla.
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5. Pega la botella a la pieza de metal.
Usa sellador para evitar que la botella se desprenda de la pieza de metal, asegúrate de usar lo suficiente para que lluvia u otros elementos entren por el hoyo.
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¡Y listo! Tienes una bombilla reciclable en perfectas condiciones :)